lunes, 11 de octubre de 2010

Primer Aroma - Historia de un ex-mortal


Tu corazón se detiene. Ya no sientes el dolor de la mordida. Lo ha reemplazado un dolor mucho
más intenso, insoportable. Todo tu cuerpo se convulsiona. Morta, la más infalible de las parcas,
tensa el metafórico hilo de tu vida para hacer ése único corte. La muerte traerá el descanso, será el fin del sufrimiento.

Entonces piensas de nuevo en ella. En tu último atisbo de conciencia recuerdas los cabellos
dorados. La piel  pálida,  perfecta. Los ojos de mirada implacable. Pero sobre todo, recuerdas su boca. Una boca roja, intensa. Desde el principio deseaste sus labios. Los imaginaste suaves, tibios, dulces. Desde aquella vez que la viste en la biblioteca no has podido dejar de soñar con  sus besos.

No, no puede ser. No puede terminar así.

El dolor vuelve. Abres los ojos buscándola. Estás sólo. Tu muñeca arde en el lugar preciso en el que sus colmillos succionaron tu vida. Tu casa también arde. Ella se fue y sólo te dejó dolor,  muerte y fuego. Eso y la sensación de su mejilla helada en tu mano derecha. Recuerdas otra vez el momento exacto de la mordida y te concentras en el contacto de sus labios con tu muñeca. Un escalofrió te recorre. Otra convulsión de dolor te hace retorcer en el suelo. Este no puede ser el fin.

Las llamas que habían nacido en tu mesa están ahora comenzando a abrazar tus muebles y cortinas.
El humo y calor distorsionan las imágenes. Sientes que ella te está mirando entre las llamas. Debes verla una vez más. Estás lúcido de nuevo. De repente no importa el dolor, ni el sufrimiento ni la vida, ni la muerte. No importa la guerra, ni la paz, ni la verdad, ni la mentira, ni la bondad, ni la maldad, ni los ángeles, ni los demonios. Comprendes que no importa tu familia, ni Dios, ni toda la maldita y condenada humanidad. De repente sólo importa ella, sus labios y ese beso que se escapó de tu boca y que tu muñeca no supo ni quiso resistir.

Blasfemas y te pones de pie. Tu piel está pálida. El calor de las llamas no te inquieta en lo más mínimo. El dolor se ha convertido en inmenso vacío que llena tu pecho. La memoria colectiva de tu nueva especie penetra violentamente en tu cabeza y tus recuerdos se confunden. Sólo la imagen de sus labios te mantiene  cuerdo. Te diriges a la ventana  y doblas las rejas fácilmente. Tu olfato busca su perfume y lo reconoce. Lo distingues a  pesar del humo, del fuego,  del tránsito y de  la multitud de personas que ya se agolpa para observar el incendio. Allí está ella; cerca, pero lejos.

Puedes ver que te está mirando y descubres en su mirada lo que temías: te ha subestimado.

domingo, 26 de septiembre de 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

Nuestra historia

Ustedes conocen sólo una parte de nuestra historia. Todo empezó en lo que ahora se conoce como Europa del Este, hace ya tantos años que ni siquiera nosotros lo recordamos. El nombre del primero nunca trascendió, pero sabemos que hizo un pacto con el diablo para conseguir la vida eterna. Quién lo culpa? Todos alguna vez lo soñamos y sólo pocos nos animamos a hacerlo realidad.
Al principio éramos pocos y vivíamos todos juntos, pero la “comida” (ustedes) comenzó a escasear. No teníamos otro salida: tuvimos que emigrar a nuevas tierras. África, Asia, América fueron nuestro destinos.
Normalmente somos de bajo perfil, pero hay excepciones: Erszebet Bathory, quien sacrificó a 610 doncellas para bañarse en su sangre; el príncipe rumano Vlad Tepes, mejor conocido como Vlad Drácula, y Gilles de Rais, compañero de armas de Juana de Arco, quien asesinó a varios centenares de niños con el fin de obtener con su sangre la piedra filosofal. A los tres, les concedimos la inmortalidad.
En realidad, no importa nuestro origen, lo que importa es que existimos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Realmente nos ofende que piensen esto de nosotros…

Algunos piensan que pueden ahuyentarnos con un perro completamente negro.  Ni se gasten! El perro es nuestro mejor amigo, no el de los humanos!


Creen que pueden matarnos poniéndonos directamente entre dos espejos? Hagan eso sólo si quieren apreciar nuestra hermosura.

En la Mitología judeo-cristiana creían que personas pelirrojas, después de la muerte, se convertían en vampiros. Sin comentarios...

A pesar de todos nuestro siglos vividos, todavía no sabemos de dónde sacaron que pueden ahuyentarnos con ajo, crucifijos o rosarios. No aprenden que nada los protege…

La última y la peor ofensa que llegó a nuestros oídos es la “precaución” de dejar en nuestro ataúd un manojo de sogas entrelazadas con cientos de nudos. Se dice que,  al despertarnos, encontraremos el irresistible impulso de desanudar la madeja. Les aseguramos que nuestros coeficientes intelectuales son muy superiores a los suyos!

viernes, 3 de septiembre de 2010

Cómo matarnos

La estaca de madera es uno de los métodos más conocidos. Consiste en clavar una estaca de madera (preferentemente de fresno, espino o roble) en nuestros corazones.
De verdad creen que tienen la fuerza suficiente para traspasar nuestra piel? Sépanlo: además de ser perfecta, nuestra piel es indestructible!

Exponernos a la luz del sol no hace más que enojarnos. Que no nos guste, no quiere decir que nos mate. Por tanto, está de más decir que lo de los ataúdes es un mito; no hay nada mejor que un somier.

Existe la idea de que pueden matarnos al arrojarnos a un río. Puro cuento! Nadie es mejor nadador que nosotros. Y, un consejo: tampoco recurran al agua bendita! No nos hace ni cosquillas.

En fin…no se ilusionen! Nada puede matarnos…